martes, 24 de marzo de 2015

El Nacimiento de La Era Caórdica.

"Es un término acuñado para describir el comportamiento o funcionamiento de alternancia entre el caos y el orden"
El orden y el desorden pueden combinarse a favor de la empresa.
Orden y desorden en realidad no son antagonistas ni uno destruye al otro, sino que todo lo contrario, pueden colaborar y produla realidad
cir niveles más complejos de organización. De este modo, el caos y el orden no son opuestos, sino dos lados permanentemente entrelazados de una misma moneda:
Dee Hock, en Birth of the Chaordic Age, introduce el término "caórdica" (una conjunción de "caos" y "orden"), para referirse a una organización que es un todo complejo y dinámico de elementos conectados, cuyo comportamiento es a la vez impredecible (caótico) como sujeto a patrones (ordenado). Aunque el término es nuevo, la idea se basa en el trabajo de Maruyama, Morin, Prigogine y Koehler de los últimos 40 años (entre otros). 

Un entorno complejo
Muchas organizaciones enfrentan un entorno llamado de "complejidad al borde del caos", caracterizado por una creciente volatilidad (en cambio permanente), incertidumbre (es difícil anticipar el futuro y los movimientos de los competidores), complicación (con un denso tejido de causas y efectos) y ambigüedad (la realidad está sujeta a múltiples interpretaciones). En este entorno complejo, las organizaciones deben buscar el suficiente orden como para generar patrones y líneas de actuación, pero no demasiado como para frenar su capacidad de adaptación y aprendizaje. El cuerpo central del pensamiento gerencial ha estado centrado en los valores de continuidad, certeza y control, derivados de la visión de la ciencia clásica de los últimos 400 años: aquella que ve el universo como un "perfecto mecanismo de relojería". No es de extrañar que las organizaciones hayan sido vistas como máquinas (organizadas en función de procedimientos, reglas y líneas de mando) con piezas intercambiables (los ocupantes de los puestos) y una tendencia a imponer el orden a la primera señal de turbulencia. La teoría de caos y el pensamiento complejo (de donde deriva la idea de "organizaciones caórdicas") han cuestionado la visión simplista de la máquina y propuesto una visión sistémica, cambiando la metáfora de la "máquina" por la del "organismo vivo" o la "red". Aunque las aplicaciones de lo anterior son muy numerosas, intentaremos exponer dos ideas centrales: pensar para actuar, actuar para pensar. 

Acción y pensamiento
Frente a una realidad dinámica que desafía o invalida continuamente los supuestos, se requiere menos apego rígido a los planes y más intuición y flexibilidad, donde al actuar se va aprendiendo y, como resultado de este aprendizaje, la estrategia se va desenvolviendo y clarificando. Además, muchas condiciones no son anticipables: son aprendizajes que se obtienen solo cuando se actúa, por lo que es imposible planearlas de antemano y los cambios se suceden tan rápido que si se planifica al detalle antes de actuar, las condiciones ya habrán cambiado para cuando se implemente el plan. El planeamiento mecanicista maneja lo que podríamos llamar el "modelo del turista", que primero establece con gran precisión hacia dónde se desea ir y cómo llegar hasta allí, y luego inicia el viaje ("piensa para actuar"). El planeamiento complejo opera más en la línea del "modelo del viajero", que no conoce con precisión el rumbo ni el lugar de destino, pero que escoge una dirección y arranca ("actúa para pensar"): en la empresa "caórdica", los planes, lejos de ser programas rígidos, parecen más bien guías generales requeridas para coordinar y orientar los esfuerzos, sujetas a cambio constante a medida que los eventos se van sucediendo. 

Propósito "atractor"
Bajo el modelo clásico, la empresa es un aparato que se gestiona mediante la autoridad formal, la especialización y las reglas. En el modelo "caórdico" el manejo no es por "reglas" sino "conceptual". Así, en el partido entre dos equipos, las brillantes jugadas que observamos no son resultado del férreo control, sino del hecho de que todos los participantes comparten algún propósito central ("divertirse", "ganar el campeonato", etc.). Este "propósito central" regula la conducta del sistema y se convierte en su "atractor" (término de la teoría de caos), que impone un orden subyacente en medio del orden-desorden. Por eso, en las "organizaciones caórdicas", debemos dar una menor importancia a las reglas y más importancia al propósito, al sentido de misión y reto compartido por todos (el "atractor"): este es el único que puede convocar a la emocionalidad de las personas y lograr un compromiso total para aprender, adaptarse y sobrevivir.

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